lunes, 11 de julio de 2011

¿Cuándo hablarle a un hijo de su adopción?

Estos testimonios fueron expresados en distintas entrevistas periodísticas.



Conocer la identidad, conocer las raíces es algo que no le debe estar vedado a ninguna persona.

Silvia C. (mamá adoptiva, enero 2000): “ Creo que primordialmente tenemos vivir con la verdad.”

Manuel (hijo adoptivo, enero 2000): “ Yo puedo contar como hijo adoptivo que tuve una niñez a pleno, muy feliz, orgulloso de mis padres adoptivos que me enseñaron a querer a mi madre biológica. Siempre me llevaban a visitarla y siempre nos mantuvimos vinculados.”

Dagoberto (papá adoptivo, enero 2000): “ Hay lugares donde, al adoptar, te dan todo el material con la información. En mi caso no nos quisimos enterar de nada, así que está todo como cuando adoptamos pero a disposición de mi hija.” 

Silvia C. (mamá adoptiva, enero 2000): “Mi hijo quiso conocer a su familia biológica y tuve miedos pero ese día llegó al grupo una hija adoptiva y me ayudó mucho, realmente uno tiene miedo, no sabe qué va a pasar. Si bien si uno brinda amor va a recibir amor, ese miedo siempre está, pero la experiencia 
fue muy linda porque recibí amor de esa familia.

Todos queremos saber de nuestras raíces y llegado ese momento no hay que temer, hay que ayudar porque ese hijo no te va dejar de querer, al contrario te va a querer más.”

Dagoberto (papá adoptivo, enero 2000): “Desde que mi hija tuvo razonamiento ya se le fue diciendo lo que pasó con ella, lo que pasó con la señora que la tuvo y que gracias a ella, a esa señora que la tuvo hoy está con nosotros, con su mamá y con su papá y ella está chochísima, nunca se interesó por buscar sus raíces.”

Javier (papá adoptivo, enero 2000): “Nuestro hijo solía ir a pasar los fines de semana con nosotros y como después su mamá falleció pudimos incorporarlo con nosotros. La familia biológica de él es de acá y tiene contacto con él. Ël sabe quién es, tiene su identidad. Con nosotros fue una cosa mutua de cariño.”

Mónica (mamá adoptiva, enero 2000): “Nosotros siempre quisimos que nuestros hijos se criaran con la verdad desde siempre. A partir de una pregunta simple sencilla como la que me hizo mi hija cuando tenía dos años y medio: “¿Yo estuve en tu panza?”. De ahí hablamos con la verdad, naturalmente.”

Juan (hijo adoptivo, junio 2000): “A mí siempre me dijeron que era hijo adoptivo y nunca me molestó.
Cuando uno dice que es adoptado, algunos piensan mal, que adoptar es algo que no sirve, pero es todo lo contrario. Cuando uno es adoptado tiene que estar mucho más alegre, tiene que estar más contento porque esta familia no te dejó tirado, aprovechó la oportunidad de adoptar y criar a ese hijo.
Yo le dije a una chica que no tiene que tener vergüenza de ser adoptiva porque para mí, mi mamá es mi mamá y no hay otra persona, ni adelante ni después de ella, así que yo lo tomo como algo natural.
La discriminación existe en todos lados, en la escuela por ejemplo, pero si uno sabe que es adoptivo lo va a enfrentar bien y no le va a importar.”

Manuel (hijo adoptivo, enero 2000): “No hay que negarle a un niño que es adoptado, tampoco negar sus orígenes. La verdad da tranquilidad a quien adopta y al niño. Si los papás adoptivos dan cariño y buena educación no hay ningún riesgo como para estar escondiendo nada porque siempre se termina sabiendo y las consecuencias son complicadas: hay enojos, problemas y muchos interrogantes sin resolver.”

Lilián (hija adoptiva, mayo 2002): “Cuando escuché a los padres adoptivos y sentí el miedo que tenían de perder a ese hijo que tanto amaban pude entender a mis padres que me ocultaron la verdad. Pero mi experiencia de hija adoptiva a la que no le contaron sobre sus orígenes y que tuvo que averiguarlo por cuenta propia le ha servido a otros hijos y a otros padres.”

Lilián (hija adoptiva, septiembre 2002): “Tuve contacto con mi familia biológica y pude entender que el papá y la mamá son los de todos los días, más allá de que tuve la suerte de encontrar una familia espléndida.
A veces las cosa no se dan en el tiempo que uno quiere, se dan en el tiempo que tienen que darse, y por ahí, alguien de arriba dispone cuándo es.

María Elena (hija adoptiva, junio 2006): “A los chicos hay que decirles la verdad sobre sus orígenes desde que tienen entendimiento. Yo me enteré de que era adoptiva en una circunstancia muy especial, a los 12 años. Hubiera sido distinto si yo hubiera sabido la verdad mucho antes. Me costó un poco, fue algo traumático, cuesta aceptarlo. Después, con el tiempo, tuve la contención de mi marido y de mis hijos, pero la historia uno la tiene con uno.”

Manuel (hijo adoptivo, junio 2006): “Es traumático para las personas que han sido adoptadas y no se les ha dicho en su momento porque uno se cría creyendo que esa mamá y ese papá son biológicos y de repente, cuando ya sos adolescente o grande o ya entrado en edad y te enterás por alguna circunstancia o por documentación que no sos hijo biológico sino adoptivo, viene una situación muy fuerte, para ese hijo adoptivo y también para los papás que han adoptado.
A veces, los papás cuando adoptan dicen “este hijo es nuestro, este hijo es mío y nada más que mío” y esconden toda la historia. Y el día que se termina sabiendo es una gran decepción. Esos papás engañaron al hijo y el hijo fue creciendo engañado. Mientras tanto que si se le dice, se lo acompaña a medida que va creciendo pasa a ser algo de lo más normal.
Si a mí me preguntan cuándo me lo dijeron, no lo sé porque lo supe desde siempre y además me enseñaron a querer a mi madre biológica. Por eso para mí fue todo fácil y fui muy feliz. De todas maneras un hijo adoptivo tiene que entender que si no se lo dijeron en su momento fue sólo por amor , un amor muy fuerte.”

Silvia C.(mamá adoptiva, junio 2006): “ Decirle la verdad para uno, como padre, sirve para además para sacarte una mochila. Hoy mi hijo es grande y tengo nietos… estoy muy contenta de haberle dicho la verdad y de haberlo acompañado a conocer su familia biológica. Cada uno tiene derecho a conocer su origen y como padres tenemos la obligación de acompañarlos.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario